sábado, 3 de marzo de 2012

Dia 28 de Febrero - De El Espinar a Roncesvalles y de ahí a Saint Jean Pied de Port.

Bueno, tras la animada reunión de la noche anterior, que acabaría sobre las diez de la noche, me largué a la habitación porque mis huesos estaban triturados. Tengo la costumbre de levantarme temprano, de manera que el cuerpo está de alguna manera acostumbrado y desperté a las seis de la mañana. Cargue con todo, le deje un regalito a las hijas de Anika, y retomé el camino.

En principio llevaba un día de adelanto respecto al plan, de manera que la intención era llegar a Roncesvalles, descansar ahí para, al día siguiente, retomar la ruta para cruzar la frontera rumbo al país galo. Además, hoy ya tocaba vestirse de corto, para empezar a correr.



 La primera parada fue Burguete, un pueblo a unos 880 metros de altura, no creo que tenga más de 500 hab. Aquí paré a desayunar y de paso pregunté la distancia a Roncesvalles -que es desde dónde estaba planificado el inicio- llevándome la sorpresa de que sólo me faltaban un par de km. Como entre mis prioridades estaba aligerar el peso de la mochila -un kg. al menos- ya empecé a plantearme el hecho de continuar directamente hasta Saint Jein Pied de Port, la parada siguiente a Roncesvalles que quedaba a 27 km. más de distancia.

Llegué a Roncesvalles/Orreaga y paré un poco, a hablar con el encargado de la oficina de peregrinos, cuya función parece ser hablar sólo de la siguiente parada del camino. -y ninguna más, aunque le deslices un billete de 20 euros por debajo de la mesa- de manera que lo dejé por imposible. Los orreagatarras brillaban por su ausencia, al igual que los peregrinos. El camino superior de la montaña estaba cerrado por las nevadas, de manera que enfilé el puerto de Ibañeta que me dejaría a poco más de mil metros de altitud y de ahí todo bajada hasta la población de Valcarlos, unos 24 km.

En esté tramo pude testear que mi velocidad estará siendo, contando la mochila, de unos 9/10 km/h. De ahí la importancia de descargarla un poco, enviando cosas a Nidia en París. La etapa Espinar-Burguete-Roncesvalles-Valcarlos-Saint Jean está siendo deportivamente muy entretenida, porque al no ser llana hasta el final permite estar regulando y dosificando constantemente el esfuerzo físico.

En Valcarlos paré a comer, es la primera vez que me organicé para gastar menos. De un supermercado saqué un bote de atún en escabeche, pan, frutos secos, gatorade, en las cantidades exactas para esta comida, y creo que no gasté más de 3,60 euros. Le pillé el truco al asunto y ésta está siendo la dinámica contínua.

De Valcarlos, después del descanso, atravesé el puente con Arnegy que es la última frontera que nos separa del país vecino. La antigua caseta de control sigue allí cerca, por descontado destrozada, parece un vestigio de la Europa anterior a la moneda única.

De Arneguy a Saint Jean Pied de Port recorrí los últimos 8 km., para llegar allí a las cuatro de la tarde y empezar a buscarme la vida again. Por suerte, hay una asociación de amigos del camino que me facilitó las cosas y me puso en contacto con Janine, pero ésto da para una nueva historia.

Mañana parada técnica, recuperación, bancos, envíos...

Esta jornada va por todos los que me han echado una mano en este asunto, Pedro, Rafa, moimonbo, Alis, Rafa Tej., BernardoRos, Jon de Zubillaga, Ana del bareto, Anika y no me quiero dejar ninguno ellos saben quienes son. Un abrazo a tothom y recordad que la meta es el camino.

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