sábado, 31 de marzo de 2012

Cartelegué, se me vuelve a aparecer la Vírgen.

Saint Vincent de Paul, dónde se encontraba el segundo puente.
Me despierto temprano. Toda la semana tuve la obsesión de que tenía que llegar hoy a Cartelegué. Finalmente, tomé la decisión de retroceder y rodear Le Gironde (rio que atraviesa Burdeos).

Le Gironde al adentrarse hacía el interior del país se bifurca, creando dos colas de serpiente más pequeñas. Una estaba claro que tenía que atravesarla por el puente de San Pedro en el mismo Burdeos, la otra n.p.i., porque en estos momentos me encontraba improvisando.

Tomé la ruta y corrí unos treinta kilómetros y paré a comer. Cuando reemprendí esperaba que el resto fueran unos veinte km. y aquí patiné, again.

Me salvó que las piernas estaban bastante bien, para todo lo que había pasado.

El paisaje de Burdeos a Cartelegue estaba pespunteado por pequeñas bodegas, durante todo el camino, que a mis ojos profanos se encontraban recién plantadas. De manera, que en esta época del año, tan sólo solía haber un guardes o algo así... pero no mucho más personal.

La verdad que el total de este día ascendió a unos 60 km. Una etapa duplicada en toda regla. Y llegué muy tarde a Cartelegue, como a las nueve de la noche. Llamé al número de contacto que tenía en mis apuntes, que resulto ser una empleada del ayuntamiento, que siendo sábado me atendió.

Me dijo que ya había alguién dentro del albergue, y efectivamente, llamé a la puerta, y lo que encontré fue a un personaje perfectamente equipado para ser peregrino y con una cara muy sonriente. Patrick (el segundo Patricio del viaje)

Patrick, uno de los últimos prejubilados de La Rochelle, ya que Sarko, parece ser que ha cerrado el grifo. Trabajaba en la compañia eléctrica y se prejubiló con 55 años. Como podéis ver era bastante xarraor. Más datos, dos divorcios a sus espaldas, pero con novia actualmente, había decidido salir a peregrinar al menos hasta el sur de Francia.

Le tengo cierta envidia, siempre está sonriendo y además tiene una paga nescafe... muy buena gente.

los datos escalofriantes del gps.
Está etapa fue muy dura. Así que me fui a dormir pronto, no sabía ni a donde iba mañana.

Saliendo de Burdeos

La poción del druida Patricio.
Decidí esperar hasta media mañana para ver como evolucionaba la pierna. Tampoco era cuestión de tentar a la suerte. Un gel que me habían recomendado basado en alcoholes y ácido acetil salicílico, mejoró mucho el estado de mi pierna. La verdad es que fue un antes y un después. De hecho ya puedo contar que por estas etapas, me planteé dejar el tema. El dolor era muy fuerte.

Me planteé una pequeña etapa de 15 km. para atravesar Burdeos y llegar a Le Bouscat, desde donde empezaría el segundo tramo largo del viaje. De Burdeos a Orleans.

Allí contaba con un albergue del camino de Santiago, que me facilitaría mucho las cosas. Así lo hice. Cuando llegué, tuve que encontrar a la hospedera para que me diera las llaves, así como claves para salir en la dirección correcta.

La sorpresa esta vez fue que para atravesar La Gironde existe un servicio de embarcaciones, pero ella no sabía muy bien si en está época del año, la frecuencia .de paso sería la normal. Ahí había un problema para resolver, otra vez.

Cuando cené me pusé con ello... otra posibilidad era retroceder hasta Burdeos y rodear el rio... pero bueno  esto sería un problema para mañana.

De nuevo se produjo el binomio albergue/cementerio, esta vez mucho menos disimulado por que aquí tenía el cementerio pared con pared, desde mi terraza podía ver el interior del camposanto.

Las preciosas vistas que ofrecía mi terracita esa noche.
Le Bouscat no tenía para mí, nada excesivamente atractivo, además por la mañana estuve en Burdeos  un rato más, disfrutando de la ciudad, así que me fui a dormir pronto, mañana quería adelantar si ya me iba encontrando mejor.


martes, 20 de marzo de 2012

Hacia Gragdinan

Paseando la cintica por Gragdinan.
A mi queridisima Cris Blanco (Je t'aime) y a su increible familia. 

Como os podeis inmaginar después de lo de ayer y el cementerio... decido irme cuanto antes a la mañana siguiente. El destino es Burdeos, pero me encuentro un oasis por el camino. V

La verdad es que salgo con miedo, dado que persiste un poco el dolor.

Sería interesante disfrutar de Burdeos, un dia.

Me llevo una sorpresa grata, mis piernas responden. Así que duplico etapa hoy. Y llego a Gragdignan, a 8 km. de Burdeos. Localizo un albergue, que pertenece a la Asoc. de amigos del camino de St. Jackes. Me instalo.

Es una ciudad absolutamente amable y con todos los servicios.

Conozco aquí a Patricio... hijo de española y encargado del jardín que rodea el albergue. Vive arriba del albergue con su familia...

Con esta llegada además concluyo el primer tramo hasta Burdeos.

Me tomo el resto del día para visitar Burdeos... fantástica.

Por la noche, en el albergue, la asociación tiene junta. El presidente me ha pedido que explique, primero porque voy a la inversa, segundo porque corriendo... así que participo de la junto y les explico todo lo que me ha ido pasando desde que todo esto empezo. Y percibo en ellos las mismas sonrisas que tenemos todos los que hasta la fecha estamos metidos de una manera u otra en todo esto.

Esto me vale un dia extra en Gragdinan y por ende en Burdeos...

Belin-Beliet the firs cementery

El desolado panorama de Mons.
Dedicada a Bere, René, Aleida, Hugo, Chucho y toda su maravillosa familia, gracias por todo...

Después de desayunar pongo rumbo a Belin. Mis tendones siguen estando mal.

Hoy he tenido un rato de wifi en el bar del desayuno, menos mal porque llevaba algunos días incomunicado. He podido contestar lo imprescindible, espero tener conexión en Burdeos al menos.

Tengo que masajearme las zonas afectadas por la inflamación con un antiinflamatorio que llevo encima y tomar ibuprofeno con frecuencia. Esto me ha ayudado a que todo mejore.

Son 36 km. hoy, los hago a medio gas, a fin de que mis piernas padezcan lo mínimo en estos momentos.

Llego al pueblo y parece guay. Un bombero me descubre que va a tocar avanzar 4 km más. que es donde está el albergue. Me lo tomo con resignación, me dará tiempo a lavar la ropa y descansar. Mañana me espera una etapa doble hasta Burdeos.

MCuando llego al sitio me encuentro una vieja iglesia, la de Mons... una única casa con una familia, el albergue y a diez m. escasos un ceeementeriooo. Muy agradable para pasar la noche... si señor.

Por lo menos puedo hablar un poco con un señor que hay por allí y recluirme...

viernes, 16 de marzo de 2012

El aburrido Labouheyre

A mi amigo Carlos Casamayor... un buen compañero de trabajo y buena gente.

Para poder seguir tenía que tomar antiinflamatorio por vía oral y masajearme también con antiinflamatorio por vía tópica. Además rebajar bastante la marcha, para no sufrir demasiado en mis tendones.

En estas condiciones tardaría 5 h. en llegar a Labouheyre. Cuando llegué me esperaban Jacky y Jackes, encargados del albergue. Una pareja de ancianos encantadora. Me buscaron un acomodo a 2 km. del centro que impidió que tuviera cualquier tipo de comunicación. A ésto lo llamo pueblo hostil, no facilita las cosas...
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Todavía  hacía mucho frio por las noches así que me tuve que recluir en el albergue prontito.

Dada la velocidad por la que paso por los pueblos, no me da mucho tiempo a profundizar en ellos. Sigo en Bretaña, en las Landas. Mi pie ha mejorado, pero todavía no se a que ritmo podre avanzar mañana.

Mañana a Belin-Beliet...


jueves, 15 de marzo de 2012

Lesperon is diferent...

Esta étapa va para María José Caballer, por gran profesional y por estar en momentos importantes para mí.

A las seis de la mañana me probé. Pero la pierna decía no. Así que decidí descansar un día más en Lesperon. Le vendría bien a mi pierna. Volví al albergue, dispuesto a aburrirme como una ostra en aquel pueblo.

Descansé hasta las diez, y luego me acerque a comprar la comida y a tomar un café en el bar. Entendí perfectamente porque Thierry no paraba de hablar a todas horas de su señora. Yo decía: -Mi mujer, mi mujer, que pesaooo con su mujer.

Pero de detrás de la barra, emergió una rubia de metro ochenta con los ojos verdes claros que me dejo con la boca como al genio de Aladdin. Muy simpática por cierto, además. Me cargo el ipod en su puerto usb.

Comí y dejé descansar la pierna un poco más, con intención de salir al día siguiente. Pero las horas pasaban plumbeas, escribia miraba el reloj. Intentaba llamar a casa la cabina estaba rota. No había wifi por ningún lado... un horror de descanso.

Así que me fui a matar las horas al local de Thierry. Algo pasaba... estaba repleto de gente, yendo de aquí para allá, dando voces, discutiendo cosas grandilocuentes. Se habían creado varios grupúsculos de cuatro o cinco personas, discutian entre ellos, hasta que de alguno de aquellos grupos alguién daba un paso hacia adelante y casi voceaba algo al otro grupo. En fin, incapaz de entender nada, le pregunte a Thierry, quién me aclaro, que el asunto de gravedad que tanto inquietaba a aquella gente, era que había desaparecido un juego de pelotas de petanca del local social.

Como comprenderéis estaba planchado en mi sitio, asistiendo a esta escena constumbrista, que describía perfectamente como es la gente del sur de Francia que yo he conocido. Puse más atención y me di cuenta que iban todos perfectamente uniformados con un chaleco azul.

En Lesperon había dos equipos de petanca. Era un deporte, y no es broma, que ellos vivían con pasión. El equipo azul que tenía delante podía sumar 20 jugadores perfectamente. Jóvenes, mayores, chicas, chicos...que mataban el anodino domingo en una liga de unos veinte municipios de las Landas y que sin duda hermanaba a la gente de aquel pequeño pueblo.

Las idas y venidas intentando descubrir la ubicación de las bolas seguirían, pero yo marché a descansar para preparar mi salida el día siguiente.Me llevé un regusto agradable de aquel pueblo amigo y confortable, aunque porque no decirlo pelín aburrido en esta época del año.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Llegada a Lesperon en pésimas condiciones...

Está etapa va dedicada a mi amiga Mel Landivar. Porque siempre que pienso en ella me viene a la cabeza la palabra 'valiente'.

DAX-CASTETS-LESPERON

Salgo de Dax a las 10 todavía con las palabras de Loreto retumbando en mi cabeza.

-Boun courage!!!!

con Thierry en la tienda.
Seguía llevando un muy buen ritmo para ir cargado con la mochila (9 km/h), así que no me costó mucho tiempo llegar a Castets. Para no tener que entrar en el pueblo localizo un Intermarche grande que hay a las afueras. Allí me abastezco de barritas, como y descanso un rato.

La sorpresa llega al terminar de comer. No había manera de arrancar. Los tendones a la altura del empeine tenían una sobrecarga... y dolían... Los trece km. que restaban hay que hacerlos andando...

Se hace duro... el dolor es agudo. El cuerpo me enviaba el mensaje de que había que descansar un día al menos. Así que decido hacer un descanso en Lesperon.

Llego allí sobre las 17 y conozco a Thierry, el dueño del bar, alalimón encargado del albergue local.

Habla español, más o menos fluido. Me quedó un rato en su local con una cerveza fresca y acercándome a la fauna local. Y todos hablan castellano.

Este pequeño pueblo de las Landas, a 30 km. del atlántico, es lugar de veraneo de británicos. De ahí el dominio de los idiomas que tienen.

Me invitan a un cumpleaños por la noche. Así que me acerco ya entrada la noche y disfruto con ellos de una velada distraida.

No obstante, el dolor de mi pierna izquierda continua siendo muy agudo. De manera, que me retiro pronto.

Todavía guardo la esperanza de poder arrancar mañana. Tomo antiinflamatorio, masajeo los tendones con gel antiinflamatorio... TODO LO ANTIINFLAMATORIO que cayera en mis manos... pero nada...

martes, 13 de marzo de 2012

Con chándal y a lo loco / Primera parte

Lo primero decir que estando en ruta me he llevado una grata sorpresa, dado que se me ha unido una corredora que se llama Olivia. La verdad es que la esperabamos para el 15 de marzo, pero también a querido correr y ha nacido el 11. Así que será la primera visita después de mi familia, a mi vuelta. FELICIDADES Moisés y Alicia.

Y ahora sigamos.

St. Palaix - Salies de Bearn - Habas - Dax 55 km. más o menos.

Salgo de St. Palais con ganas de seguir a tope, pero con la cartera un poco afectada por la cuenta del hotel.. Me he visto fuerte en días anteriores.

Consigo dominar el gps y que me de lecturas fiables de la ruta. Así que pongo rumbo a Salies de Béarn. Llego pronto, porque ya sólo restaban 5 km. para llegar. Salies está situada en el cantón de Béarn des Gabes y es atravesada por el rio Saleys... ¿¿de ahí su nombre? no sé.

Desde el principio, a pesar de ser un pueblo bonito, a mí se me ha hecho un poco antípatico. Durante el camino, he clasificado los pueblos en dos grupos, pueblos amigos y pueblos hostiles. Bueno, pues éste era hostil.

Al llegar me voy directo a la Oficina de Turismo (es importante, aquí casi todos los pueblos, por pequeños que sean tienen una), allí me dicen que me van aplicar la tarifa para primos, por haberme desviado un poco del camino de St. Jackes... y que la broma mínimo me va a costar 45 euracos.

¡MEEE REBEEELO! ¡Chooorizooos! ¡Manguis!

Bueno, después de este pequeño ataque de furia, había visto a la entrada del pueblo un pequeño hotel que se llama 'Au petit Bearn'. Si es petit no puede ser caro...

La dueña me recibe amablemente y me dice que por lleva credencial, me va a cobrar como favor especial 51 EUURAZOS, con desayuno incluido.

Le intento hacer un 'josemota':

 -Quítame de ahí la almohada de plumas de pato y el desayuno, a ver en cuanto se me queda eso...
- You need the breakfast!!!!! -me dice con cara de espanto.

Me vine arriba y me largué dirección Dax.
No he venido aquí a pagar estos precios. Ni siquiera poner cara de bueno y acariciar a su gato roñoso consigue ablandarla un poco. Así que se lo agradezco y me largo.

Salgo del hotel y me voy al rincón de pensar, a un banco cercano. Empiezo a evaluar mis posibilidades. (en el futuro, ya veréis que me volveré mucho más cañero en estas situaciones).

Decido ir a Dax, estoy a 38 km. Pero estoy crecido, he ido a ritmos tan buenos que me he venido arriba. Ya llevo más de 20 km hoy pero da igual, a por todas.

Días más tarde pagaré las consecuencias de esta decisión.

Salgo a Dax y todo va bien. Una ruta fantástica a un ritmo fantástico... pero he salido ya tarde sobre las cinco... y la noche no tarda en caerme encima. Cuando me faltan 10 km. para llegar.

El camino de noche es agobiante. Voy a la carrera, esquivando los coches que me vienen de frente, y que se anuncian de antemano haciendo uso de los faros.

La sobrecarga en mis piernas se va haciendo por momentos más y más pesada. Pero finalmente llego... sobre las nueve.

Necesitaba comer algo y descansar lo más rapidamente posible.

Aquí es donde descubro que Francia se aletarga a partir de las 19.30, y pocos sitios permanecen abiertos. Pero tengo suerte y doy con el único posible un sábado noche... 'El Txupinazo' una taberna de pintxos vascos, al lado del rio Adur. Uno de los dueños un francés que habla perfectamente castellano, pues ha estudiado en Santander, conversa un rato conmigo le explico porque llego tan tarde a la ciudad. Allí ceno por no mucho dinero...

Salgo de allí en busca de hostal, recorro en total unos dos km, visito tres hoteles diferentes pero nada...
Uno completo, dos más cerrados... No podía más, de manera que opté por la solución de emergencia...

Volví al bar, pedí una caña... y le dijé a Abdon:

-Te vas a reir, pero no encuentro hotel, necesito que me dejes dormir con el saco aunque sea en la cocina.

Por supuesto, se queda un poco perplejo. Pero reacciona rápido y me la ofrece sin problemas. Pero antes, hace una llamada... una llamada que cuaja y Loreto, la cocinera madrileña que trabaja allí, me acoge en su casa.

Loreto, era maja y me atrevo a decir que hicimos buenas migas. Estuvimos hablando largamente, había ido a Francia, porque necesitaba cambios en su vida. Mucha gente de la que me voy encontrando argumenta ésto.


Acabada la tensión inicial de verme debajo de un puente dormí como un bendito.

Por la mañana desayuné con Loreto y le acompañe al mercado. Yo también tenía curiosidad por ver uno. La dejé allí. Ya la vería en el bar a la hora del café.

Me dí una vuelta, por la ciudad para verla a grandes rasgos y a la luz del día. Una ciudad de las más grandes que había visitado hasta la fecha, le calculo unos 18 mil hab. Eso sí, con todas las comodidades.

Gracias amigos del Txupinazo. Me acordaré de vosotros en París.
Pasé por el bar y conocía a Frank, el otro socio, que tuvo la amabilidad de invitarme a café. Me despedí de todos, dándoles mil gracias, y marché. Rumbo Lesperón.

Una de las preguntas que motivaban este viaje es ¿hasta qué punto la gente se involucra con los extraños para aydarles? y en Dax recibí cumplida y positiva respuesta. Gracias a los amigos de 'El Txupinazo' por toda su ayuda.

The rise of the radar

Cuando en Ostabat cargué la ruta en el rádar, dirección Salies de Bearn, pasó algo raro. La máquina me daba un camino de 62 km. en lugar del de 32 que yo tenía anotado. Además, a las distancias les habíamos dado mil vueltas, y nos las sabíamos de memoria. Le pregunté a un señor que pasaba por allí llevando una carretilla y me dijo que la distancia correcta eran cuarenta.
De manera que manejaba tres medidores:

-GPS: 62
-Señor con carretilla:40
-Anotaciones: 32.

Un poco confuso me dirijí al norte a ver que pasaba. Pasadas unas horas decidí parar en la ciudad en Sain Palaix, no sabiendo muy bien lo que me quedaba realmente, y pensando que allí encontraría albergue.

Había corrido prácticamente unos 43 km., lo que equivaldría a una doble etapa, en dos tramos. Necesitaba comer y descansar.

Básicamente me alimento de esto cuando no tengo micro..
 Tabulé con pollo o crudités, barato y efectivo.
La sorpresa fue, que después de mucho caminar y preguntar, lo único que encontré fue una habitación simple por... 50 EEEUUUROS!!!!!! en un hotel tan majo como caro, para mis objetivos. Los había más baratos en el pueblo, pero estaban cerrados (por reforma entendí) porque el cartel estaba en francés.

Como no tenía otra cogí la habitación. 

Saint Palaix parecía un pueblo venido a más, seguramente a causa del turismo, Con un centro comercial ya un poquito más grande, la gente por la calle tenía un poco más de esa típica sofisticación francesa a la que nos tiene acostumbrado el cine. Por lo menos de lo que llevaba visto hasta la fecha.

Callejeé por allí, charlé con Rocío por teléfono y prácticamente me dió la hora de la cena. Que era una hora temprana, ya que el frío empezaba a golpear sobre las siete y media, en esta época del año.

Por descontado que compré tabulé en un super, algo de beber, y lo colé todo en la habitación, hoy había superado con creces el presupuesto y no estabá para lujos.

Me fui a dormir, mañana esperaba la llegada a Salies. O eso creía yo...

Dejando Saint Jain Pied de Port, dirección Ostabat.



Adiós a la casa, hola camino.
Dejé atrás a Janine y sus cuidados. Esperé hasta las 7.30 para despedirme de ella y me marche, continuando el camino libre de heridas.

Mi próximo destino Ostabat, no sabía exactamente que clase de pueblo me iba a encontrar, pero se suponía que aquella noche la pasaría allí.

A partir de San Jean, puse en marcha el Gps que tenía cargadas todas mis rutas. A pesar de que unos días antes de la salida nos había dado ciertos problemas, y no menores, era muy fiable. Por si las moscas tenía todas las etapas por escrito.

La verdad es, que un poco más descargada mi mochila y con el descanso de mis piernas, el ritmo era muy bueno.

Todo iba perfecto el gps funcionando, el ipod distrayéndome, lo único hacía mucho frío eso sí. 

Las primeras horas de la mañana recordaban a 'The mist' de Stephen King.
Llegué sobre las diez a Ostabat y encontre un pueblo de no más de 300 habitantes, con una albergue cerrado, una iglesia y una pequeña tienda/bar abierta. Todavía me encontraba en la zona vasco/francesa.

Hoy investigando en internet mientras escribo, he descubierto que la madre de Manuel Fraga era de aquí.

No me gustaba mucho el panorama, así que descansé un rato y me propuse mi primera etapa doble. Estaba crecido, lleno de fuerzas y me iba al siguiente destino Salies de Bearn.

Un grupo de alemanes en el camino.

Janine y Klaus, se solidarizan con la causa.
Saint Jean PIed de Port es un pueblo absolutamente encantador. Varios puentes de antigua construcción atraviesan su rió pespunteado de casas con bonitos acabados en madera y adobe. Éstas descansan a ambos lados de su ribera. Realmente me recuerda al pueblo de dibujos animados de película de Disney.

Después de soportar el primer día de carrera el peso de mi mochila, se convirtió en prioridad el aligerarla, enviando un kilo de ropa y enseres a París, a Nidia Santiago. Ya me había deshecho de un libro en El Espinar. Cómo en St. Jean estaba la oficina de 'La Poste' me fue fácil. También use mi tiempo de relax para hacer unas llamaditas, etc.
Tras la comida comenzó el desfile de nuevos peregrinos venidos de Bayona. De un taxi salieron tres alemanes y una pareja de coreanos. Parecían majetes.
Tenía que ir mentalizándome en dejar todo esto.
A la hora de la cena, más o menos las 19.30, invité a uno de los alemanes a tomar un poquito de vino. Un hombre entrado en edad, jubilado, que hablaba español. No obstante, arreglábamos en mi mal inglés los desperfectos de su castellano regular. 
Como tomamos relativa confianza, le acompañé un ratito con su clan de germanos. Me contó que había sido secretario de estado en Hamburgo, aunque ya se encontraba jubilado, que era su segundo camino... Viajaba con un amigo de apariencia más seria, aunque luego se destapó como un cachondo, a partir de su tercer vino, of course.
Fue muy ameno aquel rato, pero tocaba dormir para aprovechar la mañana siguiente. Estaba totalmente repuesto de mi herida y no pensaba abandonar el ritmo de carrera que había estado llevando. A dormir.

lunes, 12 de marzo de 2012

La casa de Janine en San Pied de Port

La primera noche, asomándome al mirador de Saint Jean.
En una conversación telefónica con mi amigo Pedro, a la vez encargado de confeccionar la ruta y la logística, me preguntó como andaba físicamente, y le tuve que contar una mentira piadosa para evitar preocupaciones innecesarias.
Tenía una ampolla en el pie izquierdo desde hacía bastante kilómetros, Como la siguiente y obligada parada era St. Jean Pied de Port, allí la pincharía y desinfectaría con mimo. También sobre la marcha decidí descansar un día allí, si me lo permitían a fin de no jugármela demasiado ya de entrada.

A ciencia cierta, no sabía que me iba a encontrar en este pueblo. Pero resulto ser el parque temático francés para los peregrinos de Santiago. Con oficina informativa, albergues a tutiplén, lavandería... Por si todo ésto fuera poco, dormir costaba 8 euros en el albergue de Janine.

Janine era una señora ya entrada en edad, la cual dedicaba sus días a desvivirse por los peregrinos que pasaban por su albergue, estaba pendiente de cualquier necesidad, se levantaba a las siete de la mañana para preparar a todos el desayuno.

Era perfecta conocedora de a que hora llegaban trenes, buses o taxis (normalmente de Bayona), trayendo a peregrinos venidos de las más surtidas zonas del planeta. Tomaba a dichas horas posición en su ventana, repleta de maceteros cargados de flores, a fin de recibirlos como cada día y con la misma amabilidad.

El día y medio que allí pase, no paró de preocuparse por mí, por mi descanso y por mi ampolla.

El rugby un deporte muy practicado en toda francia. Especialmente en el sur.
Los años y la experiencia habían hecho que supiera hermanar a toda la gente de diferente nacionalidad y condición que se hospedaba en su casa. Así es como me hice amigo de Klaus y del clan de los alemanes.

Este post va por Janina y sus cuidados, que tanto bien me hicieron.

Superetapón con final inesperado... o 'el día que me aprendí los horarios franceses'

Salí de St. Palaix con muchas ganas porque me había visto fuerte el día anterior. Aunque todavía con dolor de cartera, por culpa de la cuenta del hotel.

Conseguí hacer que el gps respondiera a mis designios y por fin me daba lecturas más fiables. Puse rumbo entonces con todas las garantías a Salies de Bearn.

Llegué a Salies y desde el principio se me hizo un pueblo antipático.

Sobre todo cuando en la Oficina de Turismo me dijeron que por salirme de la ruta de Tours no me iba a librar del plus de turista atontao, que ellos tenían tasado en 45 euros mínimo. En efecto, al preguntar en el hotel 'Au petit Bearn' la dueña me dijo que por ser peregrino (como un favor) me cobraría 51 euuuurooos!!!!!!

Ni siquiera poner cara de bueno y acariciar al roñoso de su gato negro rebajaba la factura. Así que le intenté hacer un 'josemota':

-Quita de ahí la almohada de plumas de pato y el desayuno, a ver en cuanto se me queda...
-You need the breakfast for the way!!!

No hubo manera.

Me senté en un banco a evaluar las posibilidades, y decidí continuar hasta Dax... la que era la siguiente parada.

La verdad es que estaba un poco recrecido, demasiado diría yo. Dax estaba a 38 km. y ya llevaba más de 20. Ésta última decisión, iba a acarrear consecuencias. Un sobreesfuerzo físico y mental innecesarios.

Llegando a Dax anocheció, la carretera nacional se volvió peligrosa. La carga en mis piernas ya muy pesada... Llegué. Eran las nueve.

Necesitaba comer y descansar. Pero descubrí que Francia, en esta época del año entra en letargo a partir de las 19.30 +- y pocos sitios permanecen abiertos.

Seguramente la suerte, me llevó al único en toda la ciudad, que sería mi salvaguarda más tarde. 'El Txupinazo', un bar de pinchos, tras la barra uno de sus dueños, Abdón, un francés que había vivido en Santander, en cocina Loreto, madrileña. Abdón hablaba perfectamente castellano, y estuve charlando con él mientras picaba algo. 

Me despedí y salí a buscar alojamiento. Todos los hoteles estaban cerrados. Habían cerrado recepciones a las ocho. Otro lo encontré completo... 

No tuve opción volví al bar y explique el problema... el dueño no puso objeción a que me quedará a dormir en el mismo restaurante. Aunque apareció Loreto, la cocinera, y me ofreció cobijo en su casa, salvándome del atenazador frío de Dax.

Era una tía muy maja, estuvimos hablando largo rato bebiendo algo antes de ir a dormir, y era fácil conectar con ella. 

Lástima que aquel día tan duro, había acabado por completo con todas las fuerzas que me quedaban y caí pronto rendido dentro del saco...

El rádar se rebela.

Cuando en Ostabat cargué la ruta en el radar, dirección Salies de Bearn, pasó algo raro. La máquina me daba un camino de 62 km. en lugar del de 32 que yo tenía anotado. Además, a las distancias les habíamos dado mil vueltas, y nos las sabíamos de memoria. Le pregunté a un señor que pasaba por allí llevando una carretilla y me dijo que la distancia correcta eran cuarenta.
De manera que manejaba tres medidores:

-GPS: 62
-Señor con carretilla:40
-Anotaciones: 32.

Un poco confuso me dirigí al norte a ver que pasaba. Pasadas unas horas decidí parar en la ciudad en Sain Palaix, no sabiendo muy bien lo que me quedaba realmente, y pensando que allí encontraría albergue.

Había corrido prácticamente unos 43 km., lo que equivaldría a una doble etapa, en dos tramos. Necesitaba comer y descansar.

La sorpresa fue, que después de mucho caminar y preguntar, lo único que encontré fue una habitación simple por... 50 EEEUUUROS!!!!!! en un hotel tan majo como caro, para mis objetivos. Los había más baratos en el pueblo, pero estaban cerrados (por reforma entendí) porque el cartel estaba en francés.

Como no tenía otra cogí la habitación. 

Saint Palaix parecía un pueblo venido a más, seguramente a causa del turismo, Con un centro comercial ya un poquito más grande, la gente por la calle tenía un poco más de esa típica sofisticación francesa a la que nos tiene acostumbrado el cine. Por lo menos de lo que llevaba visto hasta la fecha.

Callejeé por allí, charlé con Rocío por teléfono y prácticamente me dio la hora de la cena. Que era una hora temprana, ya que el frío empezaba a golpear sobre las siete y media, en esta época del año.

Por descontado que compré tabulé en un super, algo de beber, y lo colé todo en la habitación, hoy había superado con creces el presupuesto y no estaba para lujos.

Me fui a dormir, mañana esperaba la llegada a Salies.

sábado, 3 de marzo de 2012

Dia 28 de Febrero - De El Espinar a Roncesvalles y de ahí a Saint Jean Pied de Port.

Bueno, tras la animada reunión de la noche anterior, que acabaría sobre las diez de la noche, me largué a la habitación porque mis huesos estaban triturados. Tengo la costumbre de levantarme temprano, de manera que el cuerpo está de alguna manera acostumbrado y desperté a las seis de la mañana. Cargue con todo, le deje un regalito a las hijas de Anika, y retomé el camino.

En principio llevaba un día de adelanto respecto al plan, de manera que la intención era llegar a Roncesvalles, descansar ahí para, al día siguiente, retomar la ruta para cruzar la frontera rumbo al país galo. Además, hoy ya tocaba vestirse de corto, para empezar a correr.



 La primera parada fue Burguete, un pueblo a unos 880 metros de altura, no creo que tenga más de 500 hab. Aquí paré a desayunar y de paso pregunté la distancia a Roncesvalles -que es desde dónde estaba planificado el inicio- llevándome la sorpresa de que sólo me faltaban un par de km. Como entre mis prioridades estaba aligerar el peso de la mochila -un kg. al menos- ya empecé a plantearme el hecho de continuar directamente hasta Saint Jein Pied de Port, la parada siguiente a Roncesvalles que quedaba a 27 km. más de distancia.

Llegué a Roncesvalles/Orreaga y paré un poco, a hablar con el encargado de la oficina de peregrinos, cuya función parece ser hablar sólo de la siguiente parada del camino. -y ninguna más, aunque le deslices un billete de 20 euros por debajo de la mesa- de manera que lo dejé por imposible. Los orreagatarras brillaban por su ausencia, al igual que los peregrinos. El camino superior de la montaña estaba cerrado por las nevadas, de manera que enfilé el puerto de Ibañeta que me dejaría a poco más de mil metros de altitud y de ahí todo bajada hasta la población de Valcarlos, unos 24 km.

En esté tramo pude testear que mi velocidad estará siendo, contando la mochila, de unos 9/10 km/h. De ahí la importancia de descargarla un poco, enviando cosas a Nidia en París. La etapa Espinar-Burguete-Roncesvalles-Valcarlos-Saint Jean está siendo deportivamente muy entretenida, porque al no ser llana hasta el final permite estar regulando y dosificando constantemente el esfuerzo físico.

En Valcarlos paré a comer, es la primera vez que me organicé para gastar menos. De un supermercado saqué un bote de atún en escabeche, pan, frutos secos, gatorade, en las cantidades exactas para esta comida, y creo que no gasté más de 3,60 euros. Le pillé el truco al asunto y ésta está siendo la dinámica contínua.

De Valcarlos, después del descanso, atravesé el puente con Arnegy que es la última frontera que nos separa del país vecino. La antigua caseta de control sigue allí cerca, por descontado destrozada, parece un vestigio de la Europa anterior a la moneda única.

De Arneguy a Saint Jean Pied de Port recorrí los últimos 8 km., para llegar allí a las cuatro de la tarde y empezar a buscarme la vida again. Por suerte, hay una asociación de amigos del camino que me facilitó las cosas y me puso en contacto con Janine, pero ésto da para una nueva historia.

Mañana parada técnica, recuperación, bancos, envíos...

Esta jornada va por todos los que me han echado una mano en este asunto, Pedro, Rafa, moimonbo, Alis, Rafa Tej., BernardoRos, Jon de Zubillaga, Ana del bareto, Anika y no me quiero dejar ninguno ellos saben quienes son. Un abrazo a tothom y recordad que la meta es el camino.

27 febrero / Salida de Pamplona... improvisando

Bon dia...

El portugués me ha despertado... se conoce que sufre de insomnio, el jodio... Bueno, eran las seis de la mañana y algo tenía que hacer... así que me he tomado un café cargadito, y después de hablar con el encargado del albergue, decido irme a Roncesvalles en plan peregrino. Paso de esperar al bus de las 18 h. Todavía no tengo intención de vestirme de corto y empezar a correr, pero bueno así empiezo a moverme un poco, y evito el gasto superfluo. Dos cosas muy importantes van a ser la política de gasto y la alimentación.

Por supuesto, he preguntado y me han indicado mal el destino, esto es España... menos mal que llevaba todavía el android en funcionamiento, he salido por la nacional que iba hacia Francia y a la altura de Etulain (un pequeño pueblo cercano a Pamplona) he parado en una gasolinera a preguntar... Fantástico!!!!!! Hay un hombre, que conoce una pista forestal que acorta en diagonal... Así que continuo andando desde Etulain hasta Olague (ya ha estas alturas debo llevar unos 29 km.)

En Olague pregunto, y conozco a Jon, que tiene una empresa de catering que se llama Zubillaga. Su tío, tiene una industria de congelación de carnes. Amablemente me enseñan los jabalíes que están a punto de congelar. Aquello, en principio, parece la mesa de un matarife. Es una de las primeras paradas interesantes en el camino. Jon se ofrece a acercarme a Zubiri, donde tenía pensado comer. Bueno, un ahorro de 9 km.

Dándole las gracias, me despido y voy a comer. En un bar, donde se jactan de ser el segundo premio en lo que a Txistorra se refiere, pido un bocata y, cuando estoy en ello, entra una horda de matrimonios portando lo que parece ser una olla gigante con pulpo cocido... En pocos minutos me ven cara de hambriento y me regalan un par de trozos de pulpo y queso idiazabal, que hace que entablemos una amistosa charla.

Después de despedirme, cometo lo que llame 'la charlotada del dia'. Me encamino hacia Roncesvalles por la pista forestal, ando diez minutos y aparezco otra vez por el otro lado de Zubiri. Vamos, que le doy la vuelta al pueblo y vuelvo a entrar... todo esto poniendo cara de saber a donde voy, claro.

Decido ir por el borde de una carreterita que va serpenteando entre pueblos, y a  las seis de la tarde decido buscar algo donde dormir. Y la verdad no puedo caer en mejor, sitio. El Espinar.

A pesar de que al principio, me pedían, en un supuesto albergue para peregrinos, 35 euros, una señora me recoge en la calle (porque me ve cara de perrillo abandonao') y me ayuda a encontrar la mejor casa rural del pueblo, la que lleva Anika. Anika, es una chica muy maja que vive con su familia allí y que rápidamente me habilita una cama en una habitación estupenda. Le pregunto donde comer un bocata y me indica un bar cercano que va a terminar siendo el descubrimiento del día.

El bar de Ana es una especie de oasis que solo abre unas pocas horas, de siete de la tarde a doce o así. Entro y me atiende una chica muy maja con la conecto ipso facto. Poco a poco, empiezan a llegar parroquianos de lo más variopinto: un profesor jubilado reconvertido a tenor del coro, un señor con familia en Benetússer, un especie de entrenador de pelota vasca y algunos más... Estamos hablando de un pueblo pequeño, aunque por lo visto es concejo o algo así.

El local no es muy grande y en la televisión en lugar de proyectar 'Gente' de la 1, lo que se emite es la pantalla de un ordenador que tienen dentro. En algún momento de la velada alguien pidio 'Gracias a la vida' (versión de Mercedes Sosa) y Ana le dio al Spoty... con lo que creó una especie de improvisado karaoke. Me da mucha pena no tener fotos de esto, porque me dejé el teléfono en la habitación cargando.

Este era el ambiente de la taberna, estábamos todos aquellos personajes, tomando vinos, charlando y escuchando toda aquella música. La verdad es que salí queriendo quedarme un diíta más. Pero tenía que continuar el camino, a fin de llegar con tiempo de descansar antes del maraton.

La verdad es que tengo los pies destrozados, las agujas y el coomped van a empezar a jugar un papel fundamental en toda esta historia. Tampoco es de extranar ya que en el dia de hoy he caminado unos 45 km. estoy a 6 de Roncesvalles. La etapa de salida. Así que mañana llegaré allí y a vestirme de corto para empezar a correr.

Esta etapa peregrina se la voy a dedicar a Alex Postigo por el fantastico gesto que tuvo el sabado 25, que he de decir que me emociono bastante. Siempre que me acerco un poco a él me llevo cosas buenas. También quisiera recordar, que todo esto es en apoyo de Elvira Roda, entre todos los corredores populares que seguis el blog, y a traves de http://elviraroda.org, podemos también, empujar a Elvira para que vaya cruzando tambien sus metafóricas metas. Un abrazo... Recordad, la meta es el camino.

jueves, 1 de marzo de 2012

DOMINGO 26 FEBRERO

A las cinco de la tarde aterrizaba el autobús en la estación de Pamplona. Busqué el albergue, emplazado justo en el casco histórico, muy cercano a la conocida calle de la Estafeta, que desemboca en la plaza de toros.

Conecté enseguida con la gente de Aspace que se dedica a gestionar el albergue, que cuenta con todo tipo de comodidades. Y me quedó bastante clarito que más allá de la siguiente etapa no les tengo que preguntar, porque o se lo inventan o no saben.

El plan era, esperar a las 18 h del día siguiente para tomar un autobús que me dejará en Roncesvalles para iniciar la ruta, tal y cómo la teníamos prevista. En aquel albergue, sólo estábamos un francés normando que se recorría el mundo en bici, un portugués que era el ronaldo de los peregrinos (había atravesado el paso hacía Roncesvalles con nieve, lo cual no es muy aconsejable, porque hay gente que se ha perdido y se ha quedado allí), un par de personas más que no conocí, y yo.

La única ruta que emprendí aquella noche fue la de vinos y tapas de la calle estafeta, así de paso hice tiempo viendo el fútbol...

Aquí llegué a la conclusión de que PARO = GASTO. Pero a ésto le pondría remedio al día siguiente...