viernes, 18 de mayo de 2012

La llegada

Es increible lo fácilmente que se recupera el cuerpo a veces de los sobreesfuerzos, ésto unido a la sobremotivación de ya tener la meta cercana hicieron el resto. Sabía que aquel día entraría en París, después tenía que desviarme al oesta para desviarme a una pequeña comunidad llamada Les Plessis Robinsons (más tarde descubrí que mis cálculos eran erróneos y lo que hice una vez en París fue retroceder).

El caso es que aquel día no necesité mucho para despertarme y motivarme para salir. A las siete y media estaba en pie, y todavía era de noche. Había decidido parar a mitad en Arpajon para comer algo y tomar un café o algo así. Supuse que llegaría en unas dos horas y media o tres, y así fue. Descansé una media horita y continué. El cansancio acumulado era muy palpable, pero la perspectiva de librarme por fin de la mochila, de descansar un tiempo y disfrutar de gente conocida después de casí un mes mucho más intensa. Así que tocaba pegar el último arreón.

La primera vez que pasé por París, la atravesé con un autobús. Aquella ciudad me pareció inabarcable. Tiene una superficie de unos cien kilómetros. No se a ciencia cierta porque barrio hice mi entrada. La cuestión es que el primer monumento reconocible que encontre fue Notre-Damme. Tampoco sabía que estaba en l'Ille de la Cite, en el centro mismo de la ciudad. De toda esta información me fui enterando después en las siguientes semanas. Era 27 marzo de 2012 y había conseguido algo que sólo habíamos inmaginado sobre el papel un par de meses antes.

Todavía quedaba desviarme para llegar a la sede de Ikki Films y empezar caras amigas. Algunas de felicidad, otras de sorpresa y la mia de descanso absoluto.

Me desvié unos diez kilómetros hacia el sudoeste, guiándome por última vez con el gps. y llamé a la puerta de Nidia donde todos esperaban con algo de comer.

Nunca olvidaré mis vacaciones del 2012, en las que recorrí un país que desconocía, con una lengua que no entendía con la única ayuda de mis piernas y mis ganas.

Dedicado a Elvira Roda, por levantarse todos los días a correr una carrera de fondo y darnos una lección a todos.














No hay comentarios:

Publicar un comentario