Janine y Klaus, se solidarizan con la causa. |
Después de soportar el primer día de carrera el peso de
mi mochila, se convirtió en prioridad el aligerarla, enviando un kilo de
ropa y enseres a París, a Nidia Santiago. Ya me había deshecho de un
libro en El Espinar. Cómo en St. Jean estaba la oficina de 'La Poste' me
fue fácil. También use mi tiempo de relax para hacer unas llamaditas,
etc.
Tras la comida comenzó el desfile de nuevos
peregrinos venidos de Bayona. De un taxi salieron tres alemanes y una
pareja de coreanos. Parecían majetes.
Tenía que ir mentalizándome en dejar todo esto. |
Como tomamos relativa confianza, le acompañé un
ratito con su clan de germanos. Me contó que había sido secretario de
estado en Hamburgo, aunque ya se encontraba jubilado, que era su segundo
camino... Viajaba con un amigo de apariencia más seria, aunque luego se
destapó como un cachondo, a partir de su tercer vino, of course.
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