La primera noche, asomándome al mirador de Saint Jean. |
Tenía una ampolla en el pie izquierdo desde hacía
bastante kilómetros, Como la siguiente y obligada parada era St. Jean
Pied de Port, allí la pincharía y desinfectaría con mimo. También sobre
la marcha decidí descansar un día allí, si me lo permitían a fin de no
jugármela demasiado ya de entrada.
A ciencia cierta, no sabía que me iba a encontrar en
este pueblo. Pero resulto ser el parque temático francés para los
peregrinos de Santiago. Con oficina informativa, albergues a tutiplén,
lavandería... Por si todo ésto fuera poco, dormir costaba 8 euros en el
albergue de Janine.
Janine era una señora ya entrada en edad, la cual
dedicaba sus días a desvivirse por los peregrinos que pasaban por su
albergue, estaba pendiente de cualquier necesidad, se levantaba a las
siete de la mañana para preparar a todos el desayuno.
Era perfecta conocedora de a que hora llegaban
trenes, buses o taxis (normalmente de Bayona), trayendo a peregrinos
venidos de las más surtidas zonas del planeta. Tomaba a dichas horas
posición en su ventana, repleta de maceteros cargados de flores, a fin
de recibirlos como cada día y con la misma amabilidad.
El día y medio que allí pase, no paró de preocuparse por mí, por mi descanso y por mi ampolla.
El rugby un deporte muy practicado en toda francia. Especialmente en el sur. |
Este post va por Janina y sus cuidados, que tanto bien me hicieron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario