Bon dia...
El portugués me ha despertado... se conoce que sufre
de insomnio, el jodio... Bueno, eran las seis de la mañana y algo tenía
que hacer... así que me he tomado un café cargadito, y después de hablar
con el encargado del albergue, decido irme a Roncesvalles en plan
peregrino. Paso de esperar al bus de las 18 h. Todavía no tengo intención de vestirme de corto y empezar a correr, pero bueno así
empiezo a moverme un poco, y evito el gasto superfluo. Dos cosas muy
importantes van a ser la política de gasto y la alimentación.
Por supuesto, he preguntado y me han indicado mal el destino, esto
es España... menos mal que llevaba todavía el android en funcionamiento,
he salido por la nacional que iba hacia Francia y a la altura de
Etulain (un pequeño pueblo cercano a Pamplona) he parado en una
gasolinera a preguntar... Fantástico!!!!!! Hay un hombre, que conoce una
pista forestal que acorta en diagonal... Así que continuo andando desde
Etulain hasta Olague (ya ha estas alturas debo llevar unos 29 km.)
En Olague pregunto, y conozco a Jon, que tiene una empresa de
catering que se llama Zubillaga. Su tío, tiene una industria de congelación de carnes. Amablemente me enseñan los jabalíes que están a
punto de congelar. Aquello, en principio, parece la mesa de un matarife.
Es una de las primeras paradas interesantes en el camino. Jon se ofrece a
acercarme a Zubiri, donde tenía pensado comer. Bueno, un ahorro de 9 km.
Dándole las gracias, me despido y voy a comer. En un bar, donde se
jactan de ser el segundo premio en lo que a Txistorra se refiere, pido
un bocata y, cuando estoy en ello, entra una horda de matrimonios
portando lo que parece ser una olla gigante con pulpo cocido... En pocos
minutos me ven cara de hambriento y me regalan un par de trozos de
pulpo y queso idiazabal, que hace que entablemos una amistosa charla.
Después de despedirme, cometo lo que llame 'la charlotada del dia'.
Me encamino hacia Roncesvalles por la pista forestal, ando diez minutos y
aparezco otra vez por el otro lado de Zubiri. Vamos, que le doy la
vuelta al pueblo y vuelvo a entrar... todo esto poniendo cara de saber a
donde voy, claro.
Decido ir por el borde de una carreterita que va serpenteando entre
pueblos, y a las seis de la tarde decido buscar algo donde dormir. Y la
verdad no puedo caer en mejor, sitio. El Espinar.
A pesar de que
al principio, me pedían, en un supuesto albergue para peregrinos, 35
euros, una señora me recoge en la calle (porque me ve cara de perrillo
abandonao') y me ayuda a encontrar la mejor casa rural del pueblo, la que
lleva Anika. Anika, es una chica muy maja que vive con su familia allí y
que rápidamente me habilita una cama en una habitación estupenda. Le
pregunto donde comer un bocata y me indica un bar cercano que va a
terminar siendo el descubrimiento del día.
El bar de Ana es una especie de oasis que solo abre unas pocas
horas, de siete de la tarde a doce o así. Entro y me atiende una chica
muy maja con la conecto ipso facto. Poco a poco, empiezan a llegar
parroquianos de lo más variopinto: un profesor jubilado reconvertido a
tenor del coro, un señor con familia en Benetússer, un especie de
entrenador de pelota vasca y algunos más... Estamos hablando de un
pueblo pequeño, aunque por lo visto es concejo o algo así.
El local no es muy grande y en la televisión en lugar de proyectar
'Gente' de la 1, lo que se emite es la pantalla de un ordenador que
tienen dentro. En algún momento de la velada alguien pidio 'Gracias a la vida' (versión
de Mercedes Sosa) y Ana le dio al Spoty... con lo que creó una especie de
improvisado karaoke. Me da mucha pena no tener fotos de esto, porque
me dejé el teléfono en la habitación cargando.
Este era el ambiente de la taberna, estábamos todos aquellos
personajes, tomando vinos, charlando y escuchando toda aquella música.
La verdad es que salí queriendo quedarme un diíta más. Pero tenía que
continuar el camino, a fin de llegar con tiempo de descansar antes del
maraton.
La verdad es que tengo los pies destrozados, las agujas y el coomped
van a empezar a jugar un papel fundamental en toda esta historia.
Tampoco es de extranar ya que en el dia de hoy he caminado unos 45 km.
estoy a 6 de Roncesvalles. La etapa de salida. Así que mañana llegaré
allí y a vestirme de corto para empezar a correr.
Esta etapa peregrina se la voy a dedicar a Alex Postigo por el
fantastico gesto que tuvo el sabado 25, que he de decir que me emociono
bastante. Siempre que me acerco un poco a él me llevo cosas buenas.
También quisiera recordar, que todo esto es en apoyo de Elvira Roda,
entre todos los corredores populares que seguis el blog, y a traves de http://elviraroda.org,
podemos también, empujar a Elvira para que vaya cruzando tambien sus
metafóricas metas. Un abrazo... Recordad, la meta es el camino.
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