Mostrando entradas con la etiqueta exposición. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta exposición. Mostrar todas las entradas

lunes, 23 de abril de 2012

Ingrandes: "Que vienen los patitos"

Como el tiempo seguía negro, y no quería realizar un gasto excesivo en Poitiers, salí más tarde, aprovechando un hueco de sol. Ya que, al no llover, pensé que tendría un margen de unas 4 horas para llegar a Chatellerault, dónde parecía haber otro albergue barato.

El tema de los albergues ya se estaba convirtiendo en una lotería, igual existían que no, igual abrían en dos semanas, una lotería...

A estas alturas ya no forzaba nada, de manera que el camino se me hacía un  poco más largo, pero lo disfrutaba un poquito más. En esta ocasión recorría un total de 35 km. Paré en alguna ocasión para comer de super y descansar un ratito... Llegué sobre las tres a Chatellerault y busqué rapidamente la oficina de turismo.

Había una pareja que acogía, pero tenía que esperar un par de horas a que vinieran a recogerme. Así que hice tiempo dando una vuelta por la ribera del Vienne e intentando encontrar un café con Wifi...

Llegó, Margarita, una profesora de unos 55 años que se había mudado a Ingrandes, una población agrícola que no tenía ni un bareto, y mucho menos una tienda. Allí fuimos. Ella y su marido, habían comprado allí una pequeña granja, donde a fueraparte de algunos pequeños cultivos, tenían patos, gallinas, conejos... Se habían apartado del mundanal ruido, tras la jubilación de él y se dedicaban a la vida campestre.

Hicieron hueco en la parte de arriba de la casa para peregrinos. Margarita tenía por costumbre que los invitados cenaran con ellos, así que no rechace su invitación. Además la comida casera me vendría bien.

Vivían con la madre de él, una señora agradable, aunque si ya de por sí no entendía demasiado bien el francés, el de esta señora menos. Así que limitaba a asentir y poner caras... Su hijo era bastante serio, se interesó por mi viaje... compartío conmigo su experiencia haciendo el camino de Santiago años antes, cuando también tuvo que dormir alguna vez a la intemperie.

La velada, en líneas generales, transcurrió agradable. Estos fueron los días del atentado de Tolouse. Así que también atendimos un rato al televisor y Margarita me traducía un poco el horror.

Por la mañana salí sin descanso, ya lo veía cerca.

domingo, 22 de abril de 2012

Problemas climáticos en Poitiers...

Ya era hora de ir llegando a Poitiers. El cielo se ennegrecía por momentos y no sabía exactamente cuantos días me tocaría quedarme allí en el caso de que lloviera. De todas maneras, estaba muy cansado y todo indicaba que me quedaría por allí un día de más. A estás alturas necesitaba reposo, todavía estaba arrastrando las molestias del tramo Pamplona/Burdeos.

Bueno, el tramo de hoy era de unos 27 km. Por supuesto hicé una paradita en Columbiers a tomar un sustento para poder continuar. La verdad es que ha estas alturas estaba hastiado de correr, quería llegar a París. Me gustaría decir que tenía unas ganas locas por seguir corriendo, aunque la sensación no era esa. Si bien es verdad, que conforme me acercará a destino cambiarí la sensación.

Llegué a Poitiers, donde se encuentra el parque Futuroscope (por el que por supuesto no pasé porque no había pasta). La sorpresa fue, que al ser sábado, el acceso al albergue municipal era imposible, de manera que me tuve que buscar un hotel barato¿? Lo encontré céntrico 'Au Chapon' en  Place Marechal Leclerc. El tiempo estaba horrible y no sabía cuando podría reemprender la marcha.


Bueno, cómo era sábado, tampoco estaba para ponerme fino. Reserve habitación y me fui a dar una vuelta por el casco antiguo. Poitiers es una ciudad dónde residen bastantes erasmus españoles. Al margen de Futuroscope, Poitiers está lleno de iglesias románicas que no visité por falta de tiempo.


Para matar la tarde me fui al museo de la Santa Cruz, que tiene una parte arqueológica interesante, no me dio mucho tiempo, pero bueno así no era sólo correr :D


Al volver, en la plaza del hotel estaban montando un set de televisión con motivo de las elecciones presidenciales que se celebraban en abril.


No tuve mucho tiempo para más, cené un kebap y fui al hotel. Al día siguiente decidiría si salía o esperaba. Pero quedarme en Poitiers me salía caro...

Melle - Lusignan

Bueno, mil perdones porque sigo re-adaptandomé a la vuelta de París. Pero voy buscando huequecitos para seguir contando etapa a etapa lo que pasó en tierras francesas.

Salí pronto de Melle, sin tener muy claro la dirección, a partir de aquí redirigí las últimas etapas de la ruta hasta Tours, sobre la marcha intentando pasar por pueblos del camino de Santiago atlántico y francés.

Bueno, le doy un vistazo al libro mientras tomo café y saldré dirección Poitiers y supongo que me tendré que quedar más o menos a mitad camino en algún pueblo intermedio que decidiré sobre la marcha. Las piernas llevan un castigo excesivo ya. Yo he perdido peso, además.

El antiguo mercado municipal
Salgo y recorreré unos 34 km. por carreterá secundaria, la velocidad media sigue siendo la buena la de 9/10 km./h. pero el cansancio es muy patente. Cuando llegué a Poitiers descansaré algún día. Pero hasta entonces todavía me queda una paradita anterior.

Y llegó a un pequeño pueblo llamado Lusignan, dónde según el libro que me regalarón hay un albergue municipal, así que voy a buscar la llave al ayuntamiento. Realizo todos los tramites y me voy hacia mi posada de hoy. Está bien porque son las cuatro de la tarde, lo que me dará tiempo a comprar cena caliente hoy en alguna tiendecita y hacermela en el micro.

Me ducho, y me dejo caer por la biblioteca/casa de la cultura que está al lado del albergue. Encontré allí a una señora, hija de un pescador vasco, que me resultó entrañable, porque en el fondo de pantalla de su computadora tenía una foto del barco que patronaba su padre, hace ya unos cuarenta años.

Celebraban en unas horas una inauguración de fotografía allí, y tuvo la delicadeza de invitarme. Por su puesto acepté.

Me fuí a hacer unas cuantas cosas logísticas pendientes, y ya volvería después a asistir a la misma.

De camino, al super paso por el antiguo mercado reconvertido hoy por hoy en lugar de reuniones estivales al servicio del pueblo.

Bueno, terminé el día asistiendo a la expo, cenando... Por la noche en el mismo complejo en el que yo tenía albergue se reunían grupos y bandas municipales a ensayar. De manera, que me pasé por uno de tantos e hice un poco de tiempo antes de dormir.

Poitiers ya estaba a tiro, y detrás Tours, y ya muy poco tramo hasta llegar a mi destino final.